TEMPORADA 1989/90: TOLEDO 0 – ORENSE 0


Toledo se topó con el “muro” del Orense

Sólo hubo un tiro entre palos en los 93 minutos de juego

Crónica realizada por J. Eloy García Orozco, publicada en el diario “Ya” el 13 de noviembre de 1989


Municipal Salto del Caballo. Césped en buen estado. Tarde fresca primero y luego fría. Fuerte viento que tuvo a favor el Toledo en la primera mitad. Muy buena entrada y algo más de tres cuartos de entrada. El presidente del club verde ha dado la orden a sus directivos de no dar la recaudación a ‘Ya de Toledo’. Un cálculo aproximado podría cifrarla en más del millón de pesetas. Luz artificial desde el minuto 63, por cierto, bastante deficiente.

Alineaciones

CD Toledo: Beamud, Maíto, Cañadas, Serna, Juan Carlos, Carlos, Ávila, Corchado (Paco, m.72), Bermúdez, Arganda y Garoz (Vallejo, m.59)

Orense: Horta, Nolis, Urbano, Preciado, Manolito, Dacosta, Ramón, Santomé (Piñeiro, m.56), Mesones, Moreno (Felipe, m.85) y Mugüerza.

Árbitro

Santamaría Uzqueda, ayudado por Hernández Velázquez y Rodríguez Santiago. Extraordinario arbitraje. Perfecto tanto en el plano físico como en el técnico, pasando desapercibido por completo salvo en un par de errores en la apreciación de la ley de la ventaja, pero que no se le puede reprochar. Tarjetas para Maíto, minuto 15, Preciado, minuto 55, y Moreno, minuto 69. Preciado, antes de verla, y Serna, hicieron méritos para ella.

Comentario

Ahora que está tan de moda la demolición del Muro de Berlín y la apertura de fronteras entre las dos Alemanias, Toledo y Orense no quisieron llevarlo a efecto sobre el terreno deportivo y el ‘Muro’ orensano quedó inmaculado, pese a los muchos intentos toledanos, aunque no lo fuera por sus tiros entre palos –sólo un chut de Corchado en el minuto cuarenta pudo resquebrajarlo- por no sumar el sexto negativo en su cuenta y seguir la estela berlinesa. El cuadro de Antonio Seseña llevó el peso del partido en todo momento, pero su benevolencia ofensiva le impidió traspasar la perfectamente atrincherada barrera orensana, que cosechó su segundo positivo en siete días, tras repetir el resultado de hoy en Ávila, siendo Preciado el hombre clave del entramado gallego.

La llave para abrir la defensa no la encontraron ninguno de los cuatro delanteros que puso sobre el césped Seseña, además del media punta Corchado, aparte que el Orense sembró el desconcierto en alguna que otra incursión sobre los aledaños de Beamud, y siempre gracias a la nefasta labor de Juan Carlos Vara, que nunca pudo con el fuerte y aguerrido Mesones, y volvió a dar todo un recital de errores, y menos mal que Serna, con sus limitaciones ya conocidas, estuvo en su sitio y despejó las incógnitas de que el Toledo volviera a perder en casa.

La primera mitad se centró en ver quién mantenía el mando de las operaciones y Arganda se constituyó en el eje para tratar de doblar el espinazo a la sobria y segura zaga gallega, que siempre tuvo en Preciado, un libre de altura, el hombre básico donde se asentaron sus compañeros, incluidos los de medio campo, que siempre tuvieron que buscar el balón que controlaba el Toledo.

El sistema táctico empleado por el Toledo, un 4-4-2, con e centrocampista Carlos en tareas de respaldar las acciones del eje central de su equipo, tuvo e mismo antídoto en el Orense, con Nolis persiguiendo a Corchado allá donde fuera, y Moreno, con el diez a la espalda, cerrando la banda derecha del ataque verde, aunque Tomé, el técnico visitante, pronto se dio cuenta que Cañadas subía con alegría por la banda izquierda y lo arregló colocando al falso extremo derecho Ramón mucho más pendiente de defender que de apoyar a los solitarios Mesones y Mugüerza.

Por el bando local, sólo el citado tiro de Corchado, que peleó mucho en el primer periodo, tras una buena acción de un Bermúdez más acertado que otras tardes, aunque en la segunda mitad se oscureció, y un disparo a balón parado de Cañadas, con intención pero alto, fue un bagaje mínimo para batir la meta del avezado Hortas. Todo el trabajo del medio campo se perdió en florituras, ya que si Arganda y Ávila no daban un balón por perdido y corrían abajo y arriba sin desmayo, ni el voluntarioso Garoz ni el estilista Bermúdez lograron poner nerviosos a los experimentados zagueros orensanos.

Ni una ocasión clara

La segunda parte, y a pesar de tener el aire en contra, los locales siguieron derrochando energías y manteniendo la presión sobre la cobertura visitante, pero sin un halo de esperanza de marcar, ya que sólo una espuela de Garoz, en el minuto 55, que se marchó un poco alto, fue todo el poderío atacante local, mientras los visitantes, cuando en el minuto 65 Mesones desbordó una vez más a Juan Carlos y sembró el pánico en la hinchada verde, que luego no supo resolver, vio que ya no era necesario arriesgar y se limitó a mantener el orden y la compostura, eso sí, perfecta, de su medio campo para atrás, para llevarse un positivo.

El Toledo había puesto la voluntad y entrega que viene desarrollando en la era Seseña, no había escatimado esfuerzos, pero el punto que el Orense se levó se lo ganó a pulso. El Toledo, en suma, no pudo abrir el ‘muro’ orensano, que se resistió a ser demolido y abrir las puertas de sus mallas.