TEMPORADA 1991/92: SPORTING DE QUINTANAR 1 - TOLEDO 1


El Toledo fracasó ante el vicecolista Quintanar

Jávega marcó en propia puerta y el gol del empate llegó en el minuto noventa

Crónica realizada por J. Eloy García Orozco, publicada en el diario “Ya” el 10 de febrero de 1992


Municipal los Molinos, de Quintanar. Pobre entrada, con mayor asistencia de toledanos que de quintanareños. Día de ayuda al club y 250.000 pesetas en taquilla. Tarde soleada, muy agradable. Terreno en muy deficiente estado. Antes de empezar, el presidente local entregó al visitante una placa.

Alineaciones

Sporting Quintanar: Carlos, Chema, Tinajo, Jávega, Isidoro, Vicente (Félix, m.81), Porrero, Mota, Nacho, Chucho y Alberto (Martínez, m.87)

CD Toledo: Villalvilla, Luisito, José Luis (Emilio, m.66), Abel, Lolo, Pedro Díaz, Paniagua, Dani, Julio César (Gabi, m.72), Pedrete y Pardina.

Árbitro

Gómez Gómez, con Toledo García y González Mendoza, de Cuenca. Sustituyó al designado Rodríguez Serrano. Muy mal, en un partido sin dificultades. Su más grave error fue no pitar un penalti de libro de por zancadilla de Isidoro a Dani, en el minuto 26. Perdonó la segunda tarjeta, de expulsión, a Vicente, en el minuto 71, por una entrada por detrás. Tarjetas para Tinajo, Vicente y Mota.

Goles

0-1, minuto 76: penetración de Dani, con centro atrás que desvía a sus redes Jávega.

1-1, minuto 90: falta que bota Jávega y Martínez gana la acción a la zaga verde cabeceando a la red.

Comentario

Siempre se pueden buscar excusas a un mal resultado –un penalti no señalado, un campo en horrorosa condición, una extraordinaria actuación del meta local, una negada tarde cara a la meta rival- pero lo que no tiene perdón es que el todopoderoso líder no sea más que capaz de empatar con el vicecolista, que su gol llegue en el minuto 76, y por un rival, y que el tanto de la igualada llegue en un balón alto y que todo el ‘arsenal’ verde –léase Abel, Gabi, Paniagua, Pedro Díaz- deje cabecear al ‘enanín’ Martínez.

El fiasco, fracaso, pese a que Cruz no lo considerara tal, ante un grupo de amigos, con perdón y sin afán peyorativo, cuyo lugar estaría como mucho en Primera Preferente, y para estar en la media tabla, fue una realidad. Los de Andrés Logroño pusieron todo lo que tienen, ganas, entrega, ardor, limitadísima condición física, que en modo alguno podía poner en entredicho el ‘a priori’ cantado triunfo, con pensamiento total de goleada, del líder. Pero el fútbol no conoce de puesto en la tabla y por mucho que el técnico verde afirmara que de cien veces que se midan, noventa y nueve serían triunfos verdes, siendo hoy la excepción, y que pese al tropiezo, el Quintanar descendería y el Toledo ascendería “y sin que desee que baje de categoría”, la imagen dada por el cuadro capitalino fue decepcionante, horripilante, peor imposible.

El disparo a bocajarro de Pardina en el minuto dos, al que correspondió Carlos con una parada de órdago, pareció dar la razón a los muchos que apostaron por una amplia goleada –en la mente de la mayoría, incluida la del propio Logroño, estaba el 8-0 del choque de ida- pero a medida que pasaron los minutos tal idea fue desapareciendo y no porque el Quintanar sorprendiera, sino porque el Toledo no daba una a derechas. Y eso que Pardina volvió a tener dos ocasiones de oro, de las que no se perdonan, en los minutos 26 y 35, a las que Carlos puso su rúbrica. Y eso que el árbitro se tragó un penalti de cajón por zancadilla de Isidoro a Dani, en el minuto 26. Y eso que Lolo mandó alto un balón que otras veces entra.

El Quintanar sólo tuvo dos veces la oportunidad de probar a Villalvilla, en ambas por medio de Porrero, su único punta, y en los minutos doce de cada periodo. Un disparo de Pedrete, en el minuto 64, y otro de Pardina, en el minuto 72, que salvó Chema bajo los palos, todavía dieron pábulo a una comodísima victoria, que aumentó con el tanto en propia meta de Jávega, cuando Cruz ya había metido a Gabi por el inoperante Julio César, y mandado a Abel de delantero centro.