TEMPORADA 1987/88: TOLEDO 1 – VILLARROBLEDO 0
El Toledo obtuvo una corta pero justa victoria
El Villarrobledo no pudo en ningún momento
Crónica realizada por J. Eloy García Orozco, publicada en el diario “Ya” el 30 de agosto de 1987
Estadio Carlos III, que presentó muy buen aspecto, tanto en el césped como en las gradas (461.500 pesetas de recaudación). Tarde muy agradable.
Alineaciones
CD Toledo: Yuste, De Paz, Mayo, José Luis, Rojo, Rafa (Carrobles, m.86), Plaza, Antoñito, Garoz, Pimi y Bermúdez (Alejandro, m.76)
Villarrobledo: Montes, Nino, Márquez, Fernando, Urreste, Prieto, Sito, Luis Antonio (Joaquín, m.46), Gómez (Tano, m.65), Juan y Antoñito.
Árbitro
Rodríguez Serrano, ayudado por De la Cruz Delgado y Castellanos Céspedes. Contemporizador por diversos momentos, llevó el partido por buenos derroteros, aunque fue muy protestado en diversas jugadas. Tarjetas para Rafa, Pimi, Nino, Fernando y Prieto, y roja para Juan en el minuto 80.
Gol
1-0: minuto 48, pase al hueco para Garoz, que desde la izquierda centra muy bien para que Pimi remate a la red, después de que el balón diera en el palo izquierdo.
Comentario
El Toledo debutó con victoria, justa a todas luces, y corta, si se tiene en cuenta que todas las ocasiones de gol que tuvo el partido correspondieron a los muchachos de José María Velasco. El Villarrobledo, que demostró tener hechuras, se vio siempre superado por un aguerrido Toledo, que no concedió ni un metro de ventaja a su oponente y que muy bien pudo haberse llevado más del gol que campeó al final en el marcador.
Muy pronto se vio que el cuadro toledano era quien llevaba las riendas del encuentro y que era el que ponía todo de su parte por desnivelar la balanza. Rafa, apenas iniciado el choque, mandó fuera por poco una falta directa. Era un primer aviso, que volvió a repetir en el minuto once, con un tiro que el buen guardameta Montes mandó a corner. El Villarrobledo no podía e el centro del campo y por ahí se rompía todo el esquema de Jiménez Piñero.
El 1-0 estuvo a punto de consumarse en el minuto 18, en una gran pared entre Rafa y Bermúdez, con tiro final de éste que Montes intuyó. El Toledo, pletórico de fuerza, entrega, garra y ambición, no había merecido marcharse al descanso con empate a cero. Pero su indudable empeño tuvo premio a los tres minutos de la reanudación, con un perfecto centro de Garoz y la réplica de Pimi que, al igual que Bermúdez, estuvo muy luchador y trabajador.
A partir de aquí el Toledo ya no tuvo rival enfrente, porque Garoz comenzó a realizar galopadas como él sólo sabe hacer y encandiló a la entregada parroquia, aparte que tanto la zaga como el centro del campo toledanos se imponían en todos los momentos a los albaceteños. En los minutos 60, 72 y 73, Garoz fue protagonista destacado y si sus centros o tiros no entraron fue por puro milagro. El Villarrobledo, que vino rodeado de aureola de buen equipo, defraudó un tanto, y su propio técnico, Piñero, reconocía la justicia del marcador, que debió ser más amplio, como muy bien señala el feliz técnico de los toledanos, José María Velasco. En suma, el Toledo llegó, vio y venció con justicia. Su gran entrega tuvo el buscado y merecido premio del triunfo.
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