TEMPORADA 1987/88: QUINTANAR 2 - TOLEDO 3


Un penalti dudoso provocó la victoria del Toledo y una lamentable tángana final

Con discusión entre los técnicos y agresiones de todo tipo

Crónica realizada por Fernando Ortiz, publicada en el diario “Ya” el 6 de octubre de 1987


Buena entrada registró Los Molinos, con 180.000 pesetas de recaudación, en tarde-noche agradable y césped en mejor estado que en partidos precedentes. Al final del encuentro, graves incidentes, con agresión al entrenador del Toledo por parte de un animal. Disputas ente ambos técnicos, con insultos.

Alineaciones

Quintanar: Rojas, Blanco (Fernando), Chocano, Majón, Rodri, Honorio, Oliveira, Herrero, Teo, Chuchi, Paco.

CD Toledo: Yuste, Carrobles, Pimi, Mayo, Garoz, Rafa, Antoñito, Peña, Rojo, David, José Luis (Alejandro)

Árbitro

Jiménez de la Coca, auxiliado por Romero García y Parra Ávila. Mal. Hizo demasiado uso de las tarjetas y perjudicó al equipo local al señalar un más que dudoso penalti, que se convirtió en el 2-3 definitivo. Tarjetas amarillas para Blanco, Teo y Oliveira, por el Quintanar, y José Luis, Carrobles, Peña y Mayo, por parte toledana. Roja directa a Rafa (minuto 30) por golpear a un contrario, y segunda tarjeta para Carrobles (minuto 75) que le supuso la expulsión.

Goles

1-0: minuto 14, Carrobles derriba a Paco dentro del área, el correspondiente penalti lo materializa Blanco.

1-1: minuto 40, falta directa que lanza Carrobles, el larguero lo repele, y Pimi, en la boca de gol, sólo tiene que empujarlo.

2-1: minuto 66, Peña, tras haber sido regateado por Paco, lo derriba dentro del área, el nuevo penalti lo convierte Herrero.

2-2: minuto 73, ataque del Toledo y tras tiro de Garoz, el balón pega en defensor local, traza una rara parábola sin que Rojas pueda impedir que se cuele.

2-3: minuto 78, rápido contragolpe toledano con Garoz, Alejandro y Mayo, en última instancia, el primero pasa al segundo, que cae de forma rara y el árbitro estima que Chocano lo ha derribado. El discutible penalti no lo falla Garoz.

Comentario

La victoria en su feudo se niega por el momento al Quintanar, que comenzó el encuentro con ganas de romper esa mala racha. Como resultado de ese empuje, los locales vieron cómo a los quince minutos inauguraban el marcador por medio de una pena máxima que el habilidoso Paco provocó. El Toledo, que tampoco se escondió, dio respuesta a la presión local con rápidos contragolpes, con Mayo y Garoz de principales protagonistas.

Con la expulsión de Rafa en el minuto treinta, todo parecía indicar que el Toledo se mantendría encerrado en su terreno, pero bien al contrario, no dejó de propiciar contragolpes, y fruto de ello, en el minuto cuarenta, Carrobles, y en última instancia Pimi, llevaban el balón a las mallas contrarias, llegándose al descanso con empate.

La segunda mitad se perfilaba con similares características. Los del Quintanar se adelantaron de nuevo con la transformación de un segundo penalti, también provocado por Paco. Esta ventaja tampoco se quedó tal cual, dado que el Toledo volvió a responder y avisó de sus intenciones de llegar al empate.

La expulsión de Carrobles en el minuto 75, que dejó al Toledo con sólo nueve jugadores en el campo, pareció que daría nuevas alas al Quintanar, pero los hombres de Velasco taparon perfectamente todos los huecos, al tiempo que no dejaban de llevar peligro.

Provocaron un tercer penalti, que en buen criterio no debió nunca señalarse, y eso supuso que el cuadro capitalino se llevara los dos puntos y se coloque de líder en solitario, dejando de paso al Quintanar con tres negativos en su cuenta.

Censurable tángana

En el aspecto deportivo, el partido se desarrolló con normalidad, a excepción del feo gesto de Rafa y las reiteradas faltas del ex quintanareño Carrobles, que fue muy protestado. Lo grave llegó al final del partido. Ya en el descanso, algunos aficionados increparon al árbitro cuando éste entraba en la caseta, lo que provocó enfrentamientos verbales con aficionados locales, que quedó en nada.

Lo que no quedó en nada fue al final del partido, cuando el guardameta Yuste hizo numerosos cortes de mangas a un amplio sector del público, al tiempo que se dirigía en términos soeces y descalificantes. Esto provocó al público, saltando un número de aficionados.

Uno de ellos agredió, en más de una ocasión, al técnico toledano, José María Velasco, cuando éste discutía de modo nada amistoso con el local, Pedro Rodríguez. Entre tanto, en la entrada de vestuarios, el toledano De Paz insultaba al público local lanzando un golpe a la verja de separación. La tensión creció y un buen número de aficionados esperaron la salida de los toledanos, enfrentándose verbalmente al citado De Paz y al meta Yuste.

Por último, la expedición toledana tuvo que esperar algo más de media hora encerrada en su caseta, hasta que los ánimos se fueron calmando, aunque tampoco la salida fue normal.