TEMPORADA 1987/88: TOLEDO 0 – AZUQUECA 3


Al Toledo le vino grandísimo el Municipal e hizo el ridículo

Primera derrota en el debut en el nuevo campo

Crónica realizada por J. Eloy García Orozco, publicada en el diario “Ya” el 1 de diciembre de 1987


Primer partido liguero en el campo Municipal, que presentó un buen aspecto, con césped algo blando y todavía sin asentar. Buena entrada –no se dio a conocer la taquilla y tarde agradable y fría al final, cuando el sol se escondió. Luz artificial desde el minuto 69.

Alineaciones

CD Toledo: Fernando, Carrobles, Rafa (Alejandro, m.46), Rojo, Pimi, Garoz (Miguel, m.62), Bermúdez, David, Peña, Antoñito y Mayo.

Azuqueca: Maya, Pepín, Berdoza, Ramón, Serna, Tejado, Cuevas, Blázquez, Moya, Felipe (Gil, m.82) y Javi.

Árbitro

Núñez Montarroso, ayudado por Mérida López e Izquierdo Millán. Bastante buena labor, aunque su linier le equivocó en el segundo gol visitante, ya que Moya estaba en claro fuera de juego. Muy riguroso en la señalización del penalti, pues Antoñito cierto es que dio al balón con la mano, pero sin intencionalidad. Tarjetas para Serna, minuto 71, y Peña, minuto 81.

Goles

0-1: minuto 73, fallo defensivo, Tejado centra desde la línea de fondo, Antoñito toca con la mano cuando se volvía, y el riguroso penalti lo transforma el propio Tejado, colándosele el balón a Fernando por debajo del cuerpo.

0-2: minuto 76, Moya, en claro fuera de juego, avanza y bate con facilidad a Fernando.

0-3: minuto 82, balón largo al hueco, en contragolpe, para Moya, quien cruza ante un Fernando indeciso, que ni salió ni dejó de salir.

Comentario

El Toledo hizo el ridículo en su “reentré” en el campo Municipal. Pareció que la Toledo le vino grandísima, desmesurada, la dimensión del campo Municipal, porque nunca se encontró, nunca estuvo en disposición de batir al guardameta Maya, y siempre fue superado por un Azuqueca muy ordenado, firme en defensa, muy cómodo en su juego de centro del campo, donde Javi jugó a su libre albedrío, y Moya y Cuevas que siempre ganaron la partida aérea y descolocaron a los zagueros toledanos.

Despropósitos del Toledo

Todo el bagaje atacante toledano llegó de un corner botado por Garoz en el minuto nueve, con cabezazo de Peña y remate alto de Bermúdez en la boca de gol, mientras el Azuqueca sólo inquietó a Fernando en el minuto 25, en colada de Serna, cuyo tiro forzado lo detuvo el cancerbero local con ciertos apuros. El Toledo era un amasijo de despropósitos y menos mal que el conjunto de Baldo también fue comprensivo y perdía excesivos balones en el centro del campo, aunque estaba mucho mejor situado y mantenía una perfecta flotación de defensas y centrocampistas en sus marcas y cierres de espacios.

Querer y no poder

Con esta premisa, el conjunto verde fue todo un querer y no poder. La defensa se empeñó en jugar con los delanteros, sin que el centro del campo oxigenara la transición, y como Ramón y Berdoza machacaban, placaba y hostigaban a sus paredes y Tejado jugaba con soltura de libre, buscando al siempre desmarcado Javi, el Azuqueca imponía su ley. El Toledo lanzaría cinco saques de esquina en esta primera mitad, pero no le sirvió de nada, sino que fue para dar la sensación de que medían cincuenta centímetros menos que los alcarreños, cuando tampoco era verdad.

Un disparo de David en el minuto 47, y un disparo de Peña, en el minuto 60, con intención, fue lo señalado por el equipo de José María Velasco, que definitivamente había perdido la compostura, pese a que Miguel y Alejandro dieron algo más de consistencia, pero la defensa comenzó a jugar a su aire y salvo Peña, que apretó lo suyo en su afán de marcar, el resto pensó que el Azuqueca no les podría hacer un gol, y les llegaron tres, bien es verdad que uno en claro fuera de juego.

Desconexión y desconfianza

Garoz y Pimi no aparecieron, y Bermúdez volvió a bregar en desventaja, Rafa y Mayo estuvieron perdidos, David no hizo de cerebro, Rojo y Antoñito siempre fueron tarde al corte y Carrobles y Peña pusieron ardor ¿Qué le pasa al Toledo? Se preguntan todos ¿Los jugadores van pos su lado y el técnico por el suyo? ¿Hay envidias? Lo que sí hay es desconexión y desconfianza. Quizá más de uno pensara que mejor hubiera sido no jugar en el Municipal.