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Luis Cardeña Gálvez
4/11/2019
TEMPORADA 1971/72: TOLEDO 1 – FEMSA 0.
 
 

TEMPORADA 1971/72: TOLEDO 1 – FEMSA 0


Último partido en Palomarejos, 30 de enero de 1972

Crónica realizada por Ángel Friginal, publicada en el diario “El Alcázar” el 31 de enero de 1972



En una fría tarde se disputó en el campo de Palomarejos el encuentro correspondiente a la Primera Regional castellana, entre el Toledo y el Femsa, que finalizó con la victoria de los verdes por un tanto a cero.

Alineaciones

CD Femsa:
Ginés; Calvo, Cantalapiedra, Valero (Púa); García-Muñoz, Agustín; Atienza, Menéndez, García Ramos, Chovi (Gabriel) e Iriarte.

CD Toledo: Godoy; Castañeda, Pinilla, Atienza (Ruiz); Llarena, Coedo; Marsal II, Verde, Marsal I, Rafa y Pipo.

Arbitraje

Estuvo a cargo del señor Ortega Porras, que realizó una excelente labor, siguiendo el juego siempre de cerca y aplicando muy bien la ley de la ventaja, sin que en ningún momento el público tuviera motivo de desacuerdo con su misión. Fue auxiliado en las bandas por Anguita y Mezcua.

Gol e incidencias

1-0: Veintinueve minutos de la segunda parte, cuando Rafa, recogiendo un rechace de la defensa femsista, empalma un fuerte tiro que se cuela en las redes de Ginés, significando la victoria del Toledo.

En los minutos doce y cuarenta y seis, el árbitro enseñó tarjeta blanca a los jugadores madrileños García-Muñoz y Chovi, por entorpecer el saque de una falta el primero y hacer una fuerte entrada a Llarena el segundo.

Siete saques de esquina efectuó el Toledo, por dos de los visitantes, que lo hicieron estos últimos en la primera parte.

Aburrimiento y desaciertos

De cara a los encuentros que se tienen que ventilar en esta segunda vuelta, éste contra el peligros Femsa era de gran necesidad sacar adelante los dos puntos en litigio, y aunque se consiguió, el público espectador, en una tarde de mucho frío, lo pasó muy mal y no por los apuros que pudiera tener el Toledo que, ante un inofensivo Femsa, no existía peligro de ninguna clase; sí lo estaba pasando mal por la forma de evolucionar de los suyos, que no acertaban a bordar ni una sola jugada digna de mención y en donde los medios no existían por ninguna parte, y los hermanos Marsal no estaban en vena de aciertos, sobre todo el menor de ellos, que, empeñado en una labor de regates inútiles, hacía posibles que los espectadores le abuchearan.

Si a todo esto se une que Pipo estaba totalmente desatendido de su interior Rafa, la ofensiva local carecía de la debida peligrosidad, y aunque el novel extremo que nunca recibía un pase en condiciones, se luce en un par de jugadas que no aprovechan sus compañeros, se puede explicar que el meta Ginés, a pesar de su movilidad, no tenía ese trabajo que, por el dominio del Toledo, tenía que haber existido.

El Femsa, encogido en su parcela, no se preocupaba nada más que de achicar balones, en donde el veterano Cantalapiedra se las sabía todas.

El único peligro para el Toledo se produjo más bien por una tonta salida de Godoy, que él mismo se complicó al despejar con la cabeza, en lugar de atrapar el balón con las manos, como era lo que procedía, y la pequeña melé que se produjo le pudo costar un serio disgusto. Esta fue su situación más comprometida.

Con el aburrimiento y el concierto triste que estaban brindando los dos equipos se llegó al final de la primera parte.

Se ganó y... gracias

En la continuación, y como siempre se suele pensar, existían esperanzas de que el juego mejorase y se consiguiera el triunfo ante quizá el más flojo equipo que ha desfilado por Palomarejos. Sólo se cumplió el vaticinio de lo segundo, muy importante en estos momentos por cierto, pero en lo que en cuanto a juego concierne, podemos decir que casi superó a lo que había acontecido con anterioridad.

El empate, ante la escasez rematadora de los toledanos, parecía que iba a ser el resultado definitivo y aunque Pipo, en su acción individual, había creado dos ocasiones de peligro, pedía balones a sus compañeros, éstos, empeñados en jugar por el centro, con un Marsal I que no llegaba a ningún balón, siempre ganado en la acción por Cantalapiedra, y un Rafa en exceso medroso, creaban un clima de conformismo que no presagiaba nada bueno y otro negativo rondaba por los graderíos.

La entrada de Ruiz, por ligera lesión de Atienza, que se había batido con su característico pundonor, pareció dar un mayor mordiente dentro de lo que se podía pedir en esta tarde y un rechace, de los muchos que se prodigaron en el encuentro, fue rematado por Rafa y el balón traspasó la línea de gol y se olvidó en parte lo que estaba siendo este “festival”.

Con pocos minutos ya para el final, el Femsa abres sus líneas y aunque intenta lograr el tanto de la igualada, su inoperante delantera no consigue ni siquiera en que se piense en este peligro, aunque no quitaba que en una jugada de suerte lograra lo apetecido, que, en justicia y dentro de lo pésimo del encuentro, no se hubiera merecido, porque ya decimos que ha sido el peor equipo que hemos visto en esta temporada, sin que en nada se pareciera al que habitualmente nos obsequiara con su fino y elegante juego, que no sacó a relucir en ningún momento, y bastante hizo con embarullar el partido; el Toledo no supo sacar mayor provecho, y menos mal a ese solitario gol de Rafa, que cuando el señor Ortega Porras decretó el final, señalaba el marcador.

Una ventana abierta para este Toledo, que tiene que mejorar mucho, al menos en su capacidad ofensiva, para no verse implicado en la zona de peligro, porque, en verdad, adversarios como el de hoy tendrá pocos en lo que queda de Liga.


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