TEMPORADA 1970/71: TOLEDO 1 – BOETTICHER 2


Pierde el Toledo (1-2) ante el Boetticher

Aunque el líder no convenció

Fue derrotado por la fuerte defensa de los de Villaverde

Crónica realizada por Ángel Friginal, publicada en el diario “El Alcázar” el 1 de febrero de 1971


En tarde desapacible y de mucho frío, se celebró en Palomarejos el encuentro correspondiente a la Primera Regional Castellana, entre los titulares de la ciudad y el Boetticher y Navarro, que presentaron las siguientes alineaciones:

Alineaciones

Boetticher: Martín; Varea, Luna, Hidalgo; Gallego II, Felipe; Ungría, Poli, Criado, Del Campo y Rico.

CD Toledo: López; Rivero, Lafuente, Calero; Aza, Orive; Ibáñez, Loren, Bozque, Mayor y Vaquero.

Sustituciones

En los minutos once y catorce de la segunda mitad, Eusebio y Bonilla sustituyeron a Aza y Mayor, respectivamente.

Arbitraje

Dirigió la contienda el señor Urosas, auxiliado en las bandas por Pino y González. Su labor, con diversas equivocaciones, perjudicó a los locales, ignorando algunas faltas que no ofrecían lugar a dudas, por lo que escuchó ruidosas protestas. Mal, uno más de la serie de esta temporada que sumar a la larga lista de los que pacientemente venimos tolerando.

Goles e incidencias

0-1: Se llevan jugados veintitrés minutos, cuando en el primer ataque peligroso de los madrileños, el balón es centrado desde el ala derecha, y ante la mala salida de López, el extremo visitante, Rico, no tiene nada más que rematar el tanto.

1-1: Sesenta y cinco minutos, tremendo barullo en el área de los “ascensoristas”, que cometen falta, que no se sanciona. El balón, rebotado, llega a poder de Vaquero que, a puerta vacía, logra el tanto de la igualada.

1-2: Nueve minutos después, la defensa local no acierta a despejar, y Ungría, muy rápido, se planta ante López, al que logra batir de tiro alto y fuerte, significando el triunfo de su equipo.

Partido duro, implantado por los de Villaverde, que mostraron en algunos de sus jugadores muy malos modos, como queriendo demostrar que eran “intocables”. Se precisó de la asistencia de los masajistas, aunque todos se reintegraron poco después.

Cinco córners efectuó el Boetticher, por tres de los locales.

Entusiasmo sí, pero poca ligazón

Existía extraordinaria expectación por presenciar el juego de los líderes y, por tanto, a pesar de la fría tarde, muchos aficionados, deseosos de ver buen juego, que al final se vieron decepcionados por el pobre juego exhibido por ambos conjuntos.

El Toledo, que presentaba en sus filas dos novedades, la conocida de Vaquero y la nueva de Ibáñez, acosó con gran entusiasmo la portería de Martín, pero la dura y expeditiva defensa a ultranza de los madrileños se encargaron de frenarlos una y otra vez, aunque ya a los doce minutos de juego el Toledo se pudo adelantar en el marcador, si el disparo de Bozque no es repelido por el larguero.

Los verdes ponen de nuevo cerco en estos primeros veinte minutos y el público los aplaude, pero aunque se ven algunas cosas sueltas, no existe serenidad, y así se malogran algunas jugadas que pudieron llevar peligro.

Un contraataque rapidísimo visitante finaliza con un centro desde la derecha, que López, en alocada salida, no acierta a neutralizar, dando lugar a que Rico adelante en el marcador a su equipo.

Los toledanos, con mucho entusiasmo, pero carentes de profundidad, vuelve a ofrecer un juego de mucha parsimonia, que no agrada a su afición, y aunque de nuevo la suerte no quiere ser su aliada en un disparo, a los treinta y nueve minutos, el debutante Ibáñez, que también rechaza el larguero, la verdad es que pocas ocasiones de remate tienen y cuando lo intentan, se tiene que contar con el director de la contienda, que ya empieza a demostrar su anticaserismo, aunque esto no debe de sonar a disculpas.

La defensa salvó al Boetticher

Nada más reanudarse la segunda mitad, López, en felicísima y arriesgada intervención, salva a su equipo de un nuevo gol, al arrojarse valientemente a los pies de un delantero, y aunque poco después el señor Urosas nada quiere saber de una falta dentro del área, el nerviosismo de apodera de los locales, que cambian a dos de sus jugadores, Aza y Mayor, por Eusebio y Bonillo, en un espacio de tres minutos.

El tanto de la igualada da nuevos bríos y por unos momentos se confía hasta en la derrota del líder, pero la alegría dura bien poco, porque Ungría, en posición correcta y ganando por pies a los defensores locales, se aprovecha de una mala inteligencia de éstos y logra batir a López.

Luego, como siempre, prisas y apresuramientos, y lo poco que se había mejorado se hunde sin remisión, dando facilidades hasta entonces poco acometedores delanteros madrileños, que estrellarían sendos disparos, por mediación de Rico y Del Campo, en el larguero, consiguiendo empatar con los verdes en esto y la poca calidad, pero como lograron un gol más, se llevaron los puntos para sus lares, consolidando aún más su privilegiada condición en la tabla, aunque en verdad, no hicieron mucho méritos para ello pero, valga la redundancia, goles son victorias.

Ya decimos que no nos gustaron los de Villaverde, pero si algo tenemos que destacar, lo hacemos por su defensa, artífice principal del triunfo, y por sus veloces extremos, Ungría y Rico.

Del Toledo, y a pesar de su salida en falso, López, que hizo grandes paradas, Rivero, Orive y algunas cosas de Vaquero. El otro debutante de Palomarejos, Ibáñez, no le dejaron hacer nada, y aunque puso mucha voluntad, habrá que verlos en acción en los próximos encuentros.

Dos nuevos puntos vuelan de la capital, teniendo que mejorar mucho para desquitarse de esos tres negativos que de nuevo arrastra el histórico equipo, que aunque derrotado, salvemos, al menos, su entusiasmo y afán de mejorar. Algo es algo, aunque, como decían algunos aficionados al finalizar el encuentro, no remedien, por el momento, nada.