TEMPORADA 2009/2010: PUERTOLLANO 1 – TOLEDO 0


El Puerto sufre y gana

El equipo azul se llevó el derbi gracias a un gol de Valdés y a una lección de casta y coraje

Crónica realizada por Chicastro, publicada en el diario “Lanza” el 22 de noviembre de 2009


Partido de liga disputado en el “Sánchez Menor”, de Puertollano, ante 2500 espectadores. Derbi regional televisado por CMT. Terreno de juego en regulares condiciones y tarde noche fresca.

Alineaciones

Puertollano: Calleja, Martín Vaquero, Pelegrina, Eloy Pomar Nacho Hernández, Casabella, Encinas, Valdés (Mendy, m.74), Raúl Medina, Acorán (Raúl Rebollo, m.56) y Addison (Rafa Belda, m.66)

CD Toledo: Saavedra, Javi Sánchez, Amores (Israel Jerez, m.78), Selu (Gastón Minutillo, m.76), Sergio Benito, Manolo, Pulga, Alberto Martín, Joaqui, Rufino y Butra (Guille, m.61)

Árbitro

Barberá Fuentes, auxiliado en las bandas por Ramos Peinado y Quintana Soler, del colegio valenciano. Tarjetas amarillas a los locales Calleja, Encinas, Valdés y Addison. Expulsión de Casabella en el minuto 50. Por los visitantes, amarilla para Sergio Benito y Joaqui.

Gol

1-0, minuto 14: Valdés.

Comentario

La Unión Deportiva Puertollano se llevó el gato al agua en el primer derbi regional para los azules. Un gol de Valdés, a los catorce minutos, se convirtió en tres puntos de oro que sirven para que los azules toquen con la yema de los dedos el play-off. Ahora toca encadenar una o dos victorias más para dar un puñetazo encima de la mesa y meterse de lleno en la zona de privilegio.

El Puertollano es un equipo con identidad propia. Lo es para el rival y lo es para d aficionado. El equipo de Benigno Sánchez tiene un juego concreto. Es un equipo compacto, sólido, pero al que le cuesta crear juego y ocasiones. Todo ello sin contar las múltiples circunstancias que jornada tras jomada cuenta Benigno Sánchez. Ayer, frente al Toledo, hizo una nueva demostración. Se adelantó el Puerto al poco de comenzar el partido, gracias a una gran acción de Valdés que se fue de su par con una gran velocidad y cruzó el balón abajo para subir el primeo al marcador. Suficiente para conseguir tres puntos.

Pero el partido era un derbi, y más que tres puntos estaba el orgullo en juego. No se equivocó el míster del Toledo en la previa al asegurar que iba a ser un partido muy técnico y trabado. Desde luego que fue trabado, porque ni un equipo ni otro consiguieron jugar al fútbol, tocar el balón y hacer un bonito ejercicio de cara al espectador. Se apeló al juego de toda la vida, que no es otro que balones al área. Juego para arriba y juego para abajo. Fútbol de corazón más que de cabeza.

En el primer tiempo estuvo el partido abierto. Ambos equipos dispusieron de claras ocasiones, pero fue el Puertollano el que obtuvo la recompensa. Mientras tanto, el Toledo se mostraba muy peligroso en las jugadas a balón parado, donde Manolo, el mejor de los suyos, cada vez que tocaba el balón se convertía en veneno para Calleja. Pudo haberse adelantado el Puertollano antes del gol de Valdés, pero el palo se encargó de escupir un disparo medio muerto de Medina.

En el minuto 27 era el Toledo el que pudo empatar la contienda. Y es que tras un barullo en el área, Calleja puso todo el cuerpo para despejar el balón a córner. Demasiado sufrimiento. Y en medio de faltas y un juego trabado en el centro del campo se llegó al descanso con la ventaja mínima para el Puertollano.

Segundo tiempo para la casta y el coraje

Si el Puerto estaba por encima en el marcador, y le costaba marcar el segundo para poner tranquilidad en el coliseo minero, las cosas se le pusieron cuesta arriba al poco de comenzar el segundo acto. Casabella fue expulsado por un penalti dentro del área y dejó a su equipo con diez. La pena máxima, lanzada por Rufino, la escupió el larguero aunque con la duda de si el balón entró o no en línea de gol. El línea se volvió a su sitio, dando a entender que no había sido gol.

Con un hombre menos, el partido se calentó y el protagonismo lo cogió el Toledo, que se hizo con el dominio para intentar levantar el partido. Pese a la superioridad numérica, el Toledo no hizo grandes ocasiones para igualar o ganar el partido. Lo intentó por el centro, pero se topaba una y otra vez con la defensa minera. De nuevo, las oportunidades más claras para el equipo imperial estuvieron en las botas de Manolo, pero ni en los córners ni en las faltas consiguieron batir a Calleja.

El fútbol pasó a un segundo plano y tocó turno para las artimañas, pérdidas de tiempo y pocas ocasiones. Todo era cuestión de tiempo y los pupilos de Benigno Sánchez se dedicaron a luchar contra el cronómetro más que contra el Toledo. Los azules no consiguieron llegar a la meta contraria para matar el partido ni el Toledo fue capaz de hacer un gol. Los seis minutos de descuento sirvieron para encender más al espectador que estalló de alegría cuando se llegó al pitido final.