Nadie quiere ver lo que paso ayer en Palencia, pero todos estábamos preparados para algo que sabíamos que iba a ocurrir, el descenso del Toledo. Grabiel García Márquez escribió una novela con el titulo “Crónica de una muerte anunciada”, en esta novela se relata el asesinato de Santiago Nasar a manos de los gemelos Vicario. Desde el comienzo de la narración se anuncia que Santiago Nasar va a morir. Quizá, esta novela resumiría hoy muy bien lo que le ha ocurrido a nuestro Club Deportivo Toledo.

No quisiera echar mas leña al fuego, pero utilizando nuestro refranero popular, permitirme que haga referencia a este refrán: “Lo que mal empieza, mal acaba”. Con esto no voy a criticar a la directiva del Club, no es mi propósito. Si es verdad que la tengo que felicitar, por haber hecho que este año la ciudad de Toledo tuviera un equipo en 2ª División B. Gracias.

En mi última reflexión hice hincapié en que no se podía conseguir en un mes lo que no se había hecho en ocho meses. Me estoy refiriendo a la “remontada”, por salir de los puestos de descenso. Todos sabemos que existen milagros, pero para que se hagan realidad hay que creer en ellos y precisamente los jugadores no han creído en el milagro de la salvación. Muy acertado el artículo de la semana pasada de mi gran amigo José Ramón, que titulaba: “A buenas horas, mangas verdes”, exponiendo que si la aptitud que han tenido los jugadores en estos últimos partidos la hubieran tenido desde el principio de temporada, otro gallo hubiera cantado.

Hemos tenido muchas oportunidades para salir del pozo, pero las hemos desaprovechado. Ahora pienso, que hubiera sido de nuestro equipo, si hubiéramos ganado en Casetas.

A la hora de buscar culpables por esta situación todo el mundo gira la cabeza hacia los jugadores, en parte ellos tienen la culpa, pero no del todo. Si permitirme que lo diga. Estos jugadores son como los bebes, a un niño que esta empezando a andar no le puedes hacer que corra en la maratón de Nueva York, es algo impensable. Pues igual con los jugadores, no están preparados, no digo que sean malos jugadores, lo que digo es que no están preparados para jugar en esta categoría, no están ala altura, cada cosa a su tiempo.

Para terminar esta reflexión y por simple curiosidad comentar, que ayer cuando Alberto Jiménez nos decía a todos los oyentes de la Cadena Ser que el Toledo había descendido matemáticamente a 3ª División, en nuestra ciudad llovía a cantaros. Casualidad. No. El cielo también lloro, como muchos aficionados, el descenso del Toledo.

Gonzalo del Cerro Fernández