EL CASO VILCHES (6)
Tercer acto del “caso” Vilches: miércoles por la noche en la Federación Castellana
La humilde serenidad de la afición toledana
Artículo realizado por Ángel Friginal, publicado en el diario “El Alcázar” el 23 de octubre de 1974
Aunque esto se va asemejando mucho a un episodio novelístico –y no de “rosas” precisamente- esta noche, en los salones de la Federación Castellana de Fútbol, de la ya inolvidable y madrileña calle Ferraz, se reunirá el consejo directivo de la mencionada Federación, para poner sobre el tapete el tan traído y llevado caso Vilches y el de su culminación con los ocho puntos y goles a favor de penalización.
¿Qué sucederá? ¿Se rebajará el castigo, total o parcial? ¿Coincidirán con su propio Comité de Competición? Estas son las tres interrogantes que sobre poco más o menos siguen flotando en el ambiente deportivo, y otros no allegados, en esta ciudad, haciéndose toda clase de pronósticos o cábalas, que no hacen sino profundizar más en la fuerte lesión causada en la afición toledana.
¿Qué cómo está encajando la misma este complicado asunto? Pues, como corresponde a un afición en su total mayoría de edad: con serenidad y humildad, porque en esto estriba el señorío y ese hacer frente a la situación con admirable y paciente espera, para ver en qué para todo esto, de la que ella –la afición- por supuesto, es totalmente ajena a estos “pleitos”, que cualquier parecido con los sucedido en los terrenos de juego es pura coincidencia.
Precisamente, ya para la nueva revista del balón redondo aparecida con el nombre de “Fútbol Gráfico en Castilla”, su corresponsal en Toledo, Safont –con el cual estoy total y plenamente vinculado- en su cometario remitido para su aparición semanal, hace un justo y ecuánime canto de la reacción tenida por los incondicionales del histórico equipo verde, como mejor prueba de que por aquí se está más identificados que nunca con sus jugadores, esos que en segundo acto aludido han sido apeados de un limpio liderato, que no pueden empañar los errores humanos –si estos no están todavía plenamente justificados- que hasta el final nadie podemos ser dichosos, porque el castigo de una falta burocrática no puede caer con tanto rigor sobre la que hoy se puede titular, y con legítimo orgullo, mejor afición de Castilla, que son, en su mayoría, las que nosotros real y verdaderamente conocemos y abarcamos de lleno.
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