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EL MUNDIAL               + artículos -->

Luis Cardeña Gálvez
1/04/2010
ESPAÑA 1982.
 
Foto ilustrativa del artículo
 

ESPAÑA 1982


Julio Maldonado, ‘Maldini’: “De la Naranja Mecánica a la Mano de Dios”. Editorial Planeta, 2006



Por fin España era favorita en un Mundial, por jugarse en casa y por una evolución en el fútbol de clubes, que había pasado a ser más abierto con triunfos de la Real Sociedad en la Liga o excelentes temporadas del Sporting de Gijón o Athletic de Bilbao. Sería el Mundial de Italia, pero también el del regreso de Brasil al mejor nivel, al espectáculo puro con Tele Santana. Fue el primer Mundial de Maradona, quizá el inicio de la era del marketing en el fútbol.

El porqué de “rabanito”

Técnicos emblemáticos del fútbol argentino por sus títulos y forma de interpretar el juego, desde que Bilardo llamó “rabanito” a Menotti las diferencias han sido insalvables. Todo empezó en vísperas del Mundial 82. Menotti había llevado a Argentina a su primer título en 1978, en plena dictadura militar de Videla. Cuentan que en febrero de 1982, y mientras la selección se preparaba ya para el Mundial de España, el general Galtieri llegó en helicóptero a la concentración de Villa Marista en Mar del Plata. Defensor del comunismo y confeso militante de izquierdas, Menotti se abrazó al militar entre fotos y risas que fueron bien aprovechadas por el régimen.

Años más tarde y preguntado por aquella significativa visita, Bilardo dijo aquello de “… no entiendo a los que se titulan hombres de izquierda y andan a los abrazos con los militares… además le digo rabanito. ¿Por qué rabanito? El rabanito es rojo por fuera y blanco por dentro. Menotti dice una cosa y hace otra. Piensa una cosa y pregona otra…”

El escándalo del jeque

Valladolid vivió el momento más difícil de todo el Mundial. Francia ganaba 3-1 a Kuwait cuando Giresse marcó el cuarto a diez minutos del final. Un silbato desde la tribuna sonó, los jugadores kuwaitíes se quedaron parados y exigieron la anulación del gol. Lo que siguió fue circense. El emir Al Ahmed Ramdam hizo señas a los jugadores desde el palco para que abandonasen el partido y bajó al césped para presionar a todo el mundo. A los jugadores franceses y al árbitro Strupar, que anuló el gol ante el estupor de todos. Más tarde, el jeque declararía que “La FIFA es una auténtica mafia. Si podemos abandonar el Mundial, lo haremos”. El seleccionador francés se pegó con un cámara y aquello fue un escándalo. Y la FIFA mandó a casa al árbitro Strupar.

El camello kuwaití

Más de Kuwait, que sin duda dejó sello en el Mundial. Sus estrictas prácticas religiosas les llevaron a los veintiocho días de ayuno en pleno Mundial. Algunos jugadores pidieron posponer el rito hasta después del torneo y se les concedió. Otros, como el portero Al Tarabulsi, no, y se pasó doce horas encerrad en su habitación rezando sin comer ni beber. Fue en Bilbao, poco antes del último partido kuwaití ante Inglaterra en San Mamés.

La gorra blanca de Schumacher

Alemania-Austria quedó ya para siempre como uno de los grandes bochornos de la historia de los mundiales. La victoria alemana por 1-0 clasificaba a los dos y dejaba fuera a Argelia, que jugaba ante Chile. Marcó Hrubesch, y desde ese momento el arreglo quedó en evidencia. Los espectadores españoles que llenaban el estadio comenzaron a protestar, algún hincha argelino saltó al campo con la bandera de su país y todo acabó en un escándalo mayúsculo. Harald Schumacher se pasó casi todo el partido con una gorra blanca, y la leyenda cuenta que aquello era la señal del arreglo. Argelia solicitó a la FIFA que se anulara el partido y se eliminara a ambas selecciones, pero su petición no fue aceptada. El Mundial había quedado marcado para siempre.

España hizo poco menos que el ridículo en el Mundial, con una primera fase desastrosa en la que empató con Honduras y perdió con Irlanda del Norte. Pero el equipo pasó a la fama por ser el mejor vestido. El Corte Inglés hizo el anuncio del año con Zamora, Quini, Juanito y Arconada vestidos con impecable traje y jugando en el Santiago Bernabeu. Aquél fue el anuncio más visto del año, aunque todo se volvió en contra tras el fracaso en el Mundial.

Mourad Cerdouzi es uno de tantos hinchas anónimos que disfrutan con un Mundial. Argelino de profundas creencias religiosas, decidió rezar antes del Austria-Argelia en el Carlos Tartiere de Oviedo. Con los dos equipos listos para empezar, saltó al campo, dio dos vueltas al terreno de juego con una bandera argelina, abrazó al entrenador Mahieddine Khgalef y le pidió permiso para empezar a rezar. Llegó la Guardia Civil, hubo un duro altercado mientras Cerdouzi rezaba, el partido se retrasó más de cinco minutos, el hincha acabó en el calabozo del estadio y Argelia ganó. Incluso la policía soltó a Cerdouzi en media hora, por lo que pudo ver la segunda parte desde la grada.

El visionario Mastroianni

Italia había hecho una primera fase muy mala, con tres empates y Paolo Rossi sin aparecer. Antes de la segunda fase, el actor Marcelo Mastroianni fue entrevistado por la prensa italiana: “Italia será campeona del mundo, ganará en la final a Alemania y además se destapará Paolo Rossi, será el máximo goleador del Mundial”. Mastroianni murió en 1996 en su casa de París, después de haber sido reconocido como uno de los grandes actores de la historia de Italia, y de él siempre se destacó su armonía e ironía. Los italianos le adoraron aún más después de su bola de cristal en 1982.

El diario de Sócrates

La revista ‘Placar’ publicó un diario del gran Doctor Sócrates durante el Mundial del 82. Una sucesión de anécdotas y la mejor manera de mirar el Mundial desde dentro:

14 de junio: “Hoy es el día del primer partido y hay confianza. Siempre me levanto a las diez de la mañana para tomar el primer café del día. Estoy leyendo un libro magnífico, ‘El sol también se levanta’, de Ernest Hemigway. A las cuatro de la tarde, como siempre, reunión con Tele Santana. Llegamos al estadio a las siete de la tarde después de un recorrido en el autocar lleno de samba y de brasileños por todos lados. El partido contra la URSS fue durísimo. Perdíamos en el descanso y todos nos animábamos. ¡Cuando marqué mi gol, salí corriendo como un loco hasta la grada, y allí me encontré una bandera corinthiana! Luego, en el hotel, por la noche, cenamos paella y tomamos cerveza, aunque no hubo fiesta por las lesiones de Zico y Serginho”.

16 de junio: “Es un día my feliz para el mundo porque ya ha terminado la guerra de las Malvinas. No discuto por qué ocurrió, sino qué ocurrió. Lo que a los hombres de bien nos interesa es que no mueran más personas de bien, ninguna guerra tiene sentido”.

17 de junio: “Más importante que el fútbol y el Mundial hoy es mi hijo Rodrigo. Hace siete años que nació y de verdad espero nunca más pasar un cumpleaños lejos de él. Al menos pude hablar por teléfono y me di cuenta de que está poco a poco adquiriendo su propia personalidad”.

18 de junio: “Le hemos ganado sin problemas a Escocia ¿Saben un secreto? En cuanto vi que repetíamos la alineación de los últimos amistosos en Uberlandia pensé: Chao, chao, Escocia. Luego me tocó ir a hacer ‘xixi’ al control antidopaje. Aproveché para beber cerveza, y luego más en el hotel. Estábamos clasificados, así que cayeron por lo menos diez. ¡Nos vamos a Barcelona!”

26 de junio: “Estamos bien alojados en Carmona, aunque para mí, al estar fuera de casa, el hotel me da igual, ya sea el Copacabana Palace o el ‘pulgueiro’ de Sofía. Como el próximo partido aún queda lejos, entrenaremos en dos turnos”.

28 de junio: “La impaciencia y la ansiedad crecen. Entrenamos por la mañana y después jugamos un partido de tenis. La pareja Falcao-Juninho no aguantó mi buen juego y el de Edinho. Ganamos el primer set por 6-2 y, cuando arrasábamos en el segundo, el doctor Neylor nos mandó a la habitación porque había que descansar. Luego fuimos a ver el Polonia-Bélgica al Camp-Nou”.

29 de junio: “Día muy especial. Vimos por televisión el Italia-Argentina, que los italianos ganaron confirmando un pálpito que tenía desde hace días. Los italianos van a ser un rival muy duro. Y mis felicitaciones a Junior, que hoy cumple veintiocho años. Su familia también se lo merece”.

1 de julio: “¡Por fin estamos en julio, el mes decisivo para el trabajo en el que nos encontramos desde hace más de noventa días! Estamos muy animados porque antes de salir el presidente Giulite nos ha comunicado el regalo de un videocasete Sharp por jugador”.

2 de julio: “Hoy he recibido un telegrama que transmití rápido a todos mis compañeros: “ESTOY MEJOR, VOY A ANIMARLES A TODOS A GRITOS. BUENA SUERTE. CARECA”. [Careca se lesionó antes del Mundial] ¿Hay mejor estímulo que éste?”

5 de julio (día de la eliminación ante Italia): “Llegué al estadio confiado. Tenía en mi cabeza la certeza de que nuestro equipo era el mejor del mundo. Por la mañana, ésa era la tónica en la concentración. Íbamos a jugar contra un equipo metido atrás, que plantearía el juego a la contra. Hemos perdido y así es el fútbol. Estoy profundamente triste, pero tengo la sensación de que hemos hecho el mejor fútbol de todo el torneo. Estoy tan hundido que no tengo fuerzas ni para escribir, ni para explicar nada. En esta mi última página del diario necesito expresar un sentimiento, es la mayor frustración de mi vida. No he podido conquistar un título que internamente alimentaba tanto”.


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