Ha llegado el momento de hacer los análisis de final de temporada. Lo haremos desde el punto de vista estrictamente deportivo, y más tarde me animaré, con más tiempo de reflexión, desde la atalaya del curso de director deportivo, lo haré de la institución en un ámbito más global.

Ni un sólo hombre de fútbol puede dejar de ser resultadista llegado el tiempo de revisar objetivos deportivos. Del Toledo hay que decir que es un fracaso, una gran decepción, más allá de las formas. Argumentos sin apasionamientos, serían muy largos de enumerar. Vamos a ello.

Hablaremos generalizando, sin nombrar a nadie; a sabiendas que toda generalización, máxime en la plantilla más amplia de los últimos años, genera injusticias.

Para mi, el Toledo tenía una enorme carencia, ser aguerrido mentalmente, que implica "saber competir mejor". Hay que estar muy comprometidos contigo mismo, más allá del club que te pague. Al margen del entrenador, de lo que te transmita, en los partidos de urgencia, teniendo tantas ocasiones de "interiorizar" que estás jugándote la vida deportiva, la fuerza de un grupo, con espíritu combativo debería haber sido determinante. Partiendo de la premisa que en lo meramente futbolístico no eres inferior a bastantes equipos.

Lo usual es analizar como es un futbolista en lo técnico, en lo táctico, en sus cualidades físicas. Lo verdaderamente importante de un futbolista está de hombros para arriba, y ahí había deficiencias. Particularmente, me gusta observar al futbolista, cuando el balón no está en su radio de acción, cómo es su disponibilidad de ayudar al compañero, si en algún momento pierde concentración ( se nota bastante si tiendes a observar muchas más cosas que desde el punto de vista de aficionado, simpatizante de un club). Pues ese comportamiento se ha visto en contadas ocasiones a lo largo de la temporada, y en el tramo final es cuando tenía que haber estado en su punto más álgido, competir, entre otras muchas interpretaciones, es saber como se juega en las jornadas en que se decide todo.

Creo que el nivel futbolístico en cualidades técnicas es aceptable, hablo siempre generalizando. Con la salvedad, de que había ciertas tendencias a lo estético (tal vez las tonterías que decía Iriondo), y no es que tenga que ser excluyente lo estético con lo práctico. Pero una evidencia lo denota, en las áreas (ambas el Toledo ha fallado). Zona del campo donde no ha de haber ni una sola duda, primera opción: ser práctico, contundente.... eso también es competir bien.

Los entrenadores que hemos tenido sólo se diferencian en pequeños matices, muy parecidos en su ideario futbolístico plasmado en un rectángulo de juego. Es, cierto, que me sorprendió esos vaivenes de Iriondo, ese afán de cambio. Sigo creyendo que es extraordinario cuando se mete dentro de los 105 x 70. Pero en la guarnición, en los métodos de transmisión, más rarezas, Hay veces que todo lo que se haga no son sumatorio de fuerzas, algunas pueden negativizar.

Muy llamativo ha sido el aspecto físico, sin tener ningún parámetro de información, simplemente con la observación, creo que no ha sido un pilar en el que sustentarse, tal vez puede ser mermado por actuar tensionados, superar el umbral. Pero no lo creo, iría en contradicción del aspecto mental que en mi opinión caracteriza al grupo.

¿El cambio de entrenador?, hay que percibir el momento, cual es la transmisión del grupo. El medio tiempo del Oviedo fue la vía de comunicación del grupo hacia el exterior. Pero, en fútbol hay que ser permisivo, y es entendible ese cambio. Menos entendible son las fracturas entre los que tienen que dirigir.

Pero ya hemos dicho que hablaremos más adelante, o profundizaremos más en el juicio técnico-táctico.

Los que si es cierto, es que se ha vuelto a perder una enorme ocasión, pero ya hemos comprobado como este club está adobado de sufrimiento a lo largo de su historia. Mis pensamientos de club nunca se llevan a cabo, al menos sigo estudiando fútbol todos los días de mi vida.