En el sobrecogedor y místico silencio que reina este Viernes Santo en Toledo, roto sólo por los motetes y misereres que entonan los penitentes, te pido, ¡Oh Cristo de la Expiración!, Cristo del a Esperanza, del dolor y de la alegría:
Míranos. La afición del Toledo quiere seguir tu camino, el camino de la resurrección. El Domingo de Pascua, necesitamos de Tu protección. Tu eres nuestro único redentor para derrotar al Alcorcón y acercarnos a la salvación.