La mañana del partido con el Talavera, yo, a través de este medio, repliqué a ciertos hinchas talaveranos, con el pique propio del forofo (y es que, en cuestión de fútbol, el Toledo me pierde), que la clase y categoría de una ciudad no ha de medirse por el número de habitantes que tiene sino por otras cuestiones. Nada más enviado tal mensaje, noté cierto arrepentimiento por haber "entrado al trapo" en un intercambio de insultos provocados por alguien que sólo serviría como preludio de una jornada deportiva que, desgraciadamente, en nada se pareció. Después de lo visto lo sucedido en el Salto del Caballo, he de confesar que ahora no me arrepiento de mi denuncia sino que considero que me quedé corto. Estas cosas no deben ocurrir entre dos ciudades que están condenadas a entenderse si, de verdad, quieren hacerse grandes. Yo observé, a lo largo de todo el partido, que determinado grupo de seguidores sólo se limitó, desde mucho antes del comienzo del encuentro, a insultar -sin ton ni son- a Toledo y los toledanos, sin que, en ningún instante, se les ocurriera dar el más minimo aliento deportivo a los jugadores de sus colores. Se mostró, por parte de esta jauría ¿humana? que la rivalidad con la capital iba mucho más lejos que lo deportivo. ¿Tiene éso sentido? Agradezco que aquella tarde no asistiera mi nieta, como es habitual.
Pero ya ha pasado y, como suele decirse, "Tras la tempestad la calma". ¿Y ahora qué? ¿Lo que vimos en lo deportivo es todo -como dice el bueno de César Cardeña? . Pues, apaga y vámonos. Soy, como digo, muy forofo del Toledo -hasta cotas insospechadas; quien me conoce lo sabe-, pero también soy muy realista. Solo un verdadero milagro de la Virgen del Sagrario, San Ildefonso y Santa Leocadia (los tres juntos) nos salva del descenso a tercera. Nada que reprochar a la actual directiva, todo lo contrario: yo, personalmente, agradezco como aficionado todo el esfuerzo que, desde el fatídico verano pasado, vienen haciendo para salvar este Toledo. Pero su esfuerzo económico es insuficiente. Hace falta más independencia e ilusión en la gestión deportiva. No hay que reprochar nada a los jugadores; estos pobres chavales hacen lo que pueden y no dan más de sí. Hace unos día dije que tiempo habrá de profundizar en las reflexiones a las que nos sometía "El Argentino" y esclarecer muchas cosas y, ¿por qué no? pedir responsabilidades. Sólo una pregunta, por si alguien la sabe: ¿Qué político, o qué estamento de peso provocó la salida del mejor presidente que ha tenido el CD Toledo: Emiliano Caballo -por si hay dudas, yo no lo conozco en lo personal .- pero sé que me cogió al Toledo en tercera y casi lo asciende a primera dejando un patrimonio de jugadores muy importante.
Me gustaría que alguien me respondiera. Ojalá que algún día nos devuelva esa ilusión que jamás otros fueron capaces de dar, con todos sus errores atribuídos, porque reconozco que yo, en alguna ocasión, también le censuré.
Todo ésto lo digo como lo siento.