No entiendo casi nada de mercantilismo, amigo Sergio, pero sí en la vida, los años, las experiencias y, por supuesto una dosis de ciertos valores éticos, te van haciendo reforzar el sentido común.
Créeme que esperaba un comentario como el tuyo (si es que no te he entendido mal) sobre la pretendida "inocencia" del constructor en ciernes. Mira: Para mí, Paco Gómez, si aparentemente no tiene nada que ver con el asunto porque se lo ofrecieron y él lo único que hizo fué comprarlo con su dinero, es tan sinvergüenza o más que quienes se lo vendieron. Todos conocemos el timo de la estampita (qué genial fábula por su moraleja), y todos sabemos que quien se quiere aprovechar de la trampa es bastante más desaprensivo que quien trama la estafa.
Pudo este "buen" señor comprar el club; de acuerdo. Pero no debemos olvidarnos los toledanos de las frases despectivas que vertió, como dice más arriba Giovanni, sobre el Toledo y su afición. Pero hay más. El sabía muy bien, desde un primer momento, que el equipo no podría salir de Toledo. ¿Por qué entonces ese torear a los toledanos con "su club", hasta justo una semana antes de la competición para desprenderse él sin que no hubiese tiempo de rehacer el equipo en condiciones y llevarnos al caos que estamos atravesando?.
Por ahí van los tiros. No se le acusa (al menos yo) de su pretendido negocio. Ante la oferta y la demanda mercantil, dentro de los cánones legales, nada tengo que decir. Pero es que yo, como anteriormente he querido decir, valoro mucho más algo que hoy casi no se valora: el honor, la caballerosidad ... en definitiva: de lo que mucho se presume llevar como bandera -en sustitución de otros valores religiosos- pero que no se pone en práctica, como son los valores morales, la ética.