Robledo percibe tres meses y rescinde con el CD Toledo
El futbolista se marcha dolido por el trato recibido por parte de los dirigentes del club al avisarle de que se tomarían medidas estrictas si seguía ligado a la disciplina verde
latribunadetoledo.es
J. Mario Loeches
La relación entre Javi Robledo y el CD Toledo ya se ha roto. La firma se ha producido más de dos meses después de comunicarle al yunquerano que no se contaba con sus servicios para el regreso a Segunda División B. El futbolista se marcha dolido con los dirigentes verdes por el trato recibido y con tres meses del contrato firmado para la presente temporada bajo el brazo.
El pichichi del Grupo XVIII no quiso desvelar detalles de su situación en la entidad en las últimas semanas, aunque sí valoró que «hemos llegado a un punto en el que me iba o se liaba». Y es que, parece que el regimen interno empezaba a funcionar. Al ariete le habían comunicado que si no firmaba la rescisión en breve, se tomarían «medidas estrictas», en palabras del propio jugador, para quien este aviso fue «una amenaza». Robledo insiste en que «quedo como el malo, pero ya no podía hacer otra cosa cuando me habían dicho que no me querían ver por allí».
Y es que, el pasado jueves, el delantero y el director general del club, Fernando Collado, tuvieron una fuerte discusión de la que el primero se arrepintió. Por eso, indica que «no tengo nada en contra de nadie, simplemente me parece lamentable cómo se ha comportado. Quiero desligarme y ya está». Por lo pronto, el de Yunquera de Henares dice no tener destino fijo después de rechazar, por ejemplo, su incorporación al Villarrobledo, donde se le podía buscar una solución similar a la de Cubi, compartiendo ambas entidades sus emolumentos.
Está claro que a Javi Robledo no le importaba mucho el futuro porque sigue insistiendo en que lo que quería era «respetar el contrato que tenía, que para eso lo firmé». El alcarreño desmiente que tomase la determinación «ir por las malas» por la presión de tomar otras medidas porque «yo podía haber tomado otras. Simplemente, no quiero que se ría de mí, así que sólo rescindo por no perjudicar al club».
Rescisiones. Por todo esto, ayer se pasó por las oficinas del club en el Salto del Caballo para firmar el finiquito y percibir así un dinero por valor de tres mensualidades, con un plus de 1.000 euros. Se trata de menos dinero que, por ejemplo, Cubi, que dejó la Ciudad Imperial con la mitad de su contrato en la cuenta corriente. Algo menos sacó Wellington antes de dejar el vestuario verde.
Lo importante es que Manolo Alfaro se ha quitado de encima a los jugadores que no entraban en sus planes y habían prolongado su relación contractual tras certificar el ascenso en el campo del Náxara. A partir de ahora, Txema Indias podrá centrarse en la contratación del último futbolista, un sub 23 para la banda.
En fin,mejor olvidar el tema ya.